En 1889, la pizza era la comida más típica entre los trabajadores,por ser económica y fácil de preparar y rápida. Un día la reina Margarita de Italia , visitó uno de sus palacios en Nápoles y harta de la aburrida comida Francesa, contrató al mejor hornero de pizzas aburrida de la comida francesa, decidió probarla.
La de ajo –marinara– no le gustó, la de anchoas –Napoli– tampoco. Pero la de salsa de tomate con mozarella y unas hojas de albahaca le pareció deliciosa. Esposito no dudó en bautizar a su nueva receta en honor a la reina, cuyo nombre era Margherita (en español, Margarita) y le pidió a cambio que le pusiera el sello real a su pizzería.
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